domingo, 25 de octubre de 2009

Semana de clásicos

Qué es un clásico? Dentro del futbol se trata de un partido en el que se hace aun más evidente que el futbol ya no es un deporte sino, en este caso, una batalla entre símbolos. Sí, de eso se trata. De lo que se representa. Ya no es cuestión de 22 jugadores, de una camiseta o, ni siquiera, de unos colores. Se trata de qué clase de inchas siguen a tal cuál equipo, de qué "valores" son los enarbolados por cada equipo. Todo esto, en noventa minutos va más allá de cada uno de ellos, de los 22, de las bancas , de los técnicos. Es más que eso.

El día de hoy se jugaron clásicos en varias partes del mundo, pero los que más me importan son de tresnaciones nada más: Inglaterra, Argentina y México.

El primero, Liverpool vs Manchester United. Rivalidad, sí. pero prefiero el clásico entre los diablos y el Chelsea. Un partido dentro del estilo del futbol inglés, es decir, sin los grandes desbordes del futbol latino pero con precisión, sin perdida de tiempo y aun ritmo constante. Ganó el Liverpool. Apenas con un gol pero que le bastó para neutralizar a la ofensiva de Sir Alex Ferguson.
En Argentina, el River y el Boca empataron a uno, cada uno con gol de dos figuras emblemáticas (por parte de Boca el gol fue de Palermo a pase de Riquelme) lo que demuestra una vez más, que lo que más vale den esta clase de partidos son los símbolos no las caras nuevas. Allá se disfruta de la primavera, de un calor de 30 grados y de un encuentro en el que ninguno de los dos equipos se jugaba más que el "honor deportivo". El Boca en la mitad de la tabla y el River más abajo, no se disputaba nada más que un poco de diversión para sus inchas.

En México, el América se impuso al Guadalajara, con un gol tempranero de Mosqueda, apenas a los tres minutos. Quizá sea por mi humor, pero realmente fue como todos los demás clásicos que he visto en mi vida: emocionantes, a veces, pero parece que incluso esas emociones te las tienen contadas y reguladas.

No soy una experta en clásicos (nunca he jugado uno si ese es su argumento en mi contra) pero como expectadora de varios clásicos alrededor del mundo (claro por televisión) puedo decir que el goce que se obtiene de estos es cada vez menor. Sí, es probable que la amargada sea yo, pero también es probable que cada vez le demos más peso a las emanas previas que al partido en sí. Se la pasan semanas llenándonos de expectativas alrededor de dos horas, que, cuando llegan estas, el goce desaparece antes incluso de que llegue. Y peor aun cuando hay empates y, pero incluso, si estos son a cero.

Así que una vez pasados los clásicos, los medios se dedicarán a inflarnos de información acerca de la liguilla, de la Selección Nacional o de cuál es el equipo elegido para que Cuauhtemoc Blanco juegue alrededor de once o diez encuentros en México. Total que al final de eso se tratan los clásicos:administrara la emoción para que los torneos no se aigan por la mitad. Uan vez el clásico mexicano, almenos, ha logrado su cometido. Mañana no sólo se verán a cientos de personas orgullosas porque su equipo perdió, o apenadas y enojadas porque el suyo no pudo contra el odioado rival; además, vamos a ver desplegados y declaraciones de jugadores y directivos sobre su buen o mal papael, así hasta la liguilla y así, hasta el siguiente clásicos, en lo que pareciera ser el enterno retorno a los clichés de los clásicos de futbol.