La vida, los problemas diarios, vagones llenos del metro, mala comida y el Cruz Azul sigue perdiendo. Nada cambia en esta encantadora ciudad. Y asimismo seguimos contribuyendo a que los estereotipos se mantengan, los mismos machistas prejuicios con los que estamos acostumbrados a pensar el futbol. Sí, sería hipócrita de mi parte decir que nunca los he utilizado. Cuando el Cruz Azul le ganó a los Pumas sí, lo dije, "Somos sus padres". Esta idea, la paternidad, no va ligada a sentimientos filiales, no va atada a una idea de respeto o de responsabilidad, sino a la idea más elemental de la superioridad fálica entre machos.
Insisto, espero que no se lea esto como una queja, sino como una petición de reconocimiento de lo profundo que puede ser el futbol. No se trata solo de unos cuantos corriendo como idiotas detrás de un balón, sino de todas las tradiciones, hábitos y concepciones sociales que se repiten en una cancha de futbol.
Es parte de esta concepción, muy extendida entre los grupos sociales de mexicanos (y probablemente de muchos hombres más de latinoamerica) que el macho alfa, por así llamarle, es quien tiene derecho a mandar sobre los otros, quien los mantiene, quien los engendra. No voy a presumir un conocimiento que no tengo, y es evidente que en antropología conozco a mortales mucho más enterados que yo, pero las prácticas comunes de interacción masculina se repiten en estos ámbitos futbolísticos.
A pesar de haber admitido que yo lo he llegado a decir, no me gusta que digan y repitan que "el América es el padre del Cruz Azul". Sí, en parte el amor que le profeso al Cruz Azul y en segunda porque no es su padre, tan sólo creo que cuando se cae en una racha es muy difícil salir de ella, no sólo en el futbol sino en la vida. No, no es su padre porque no hay nada relacionado con el origen aquí, ni de deudas de nacimiento ni nada, tan sólo es cuestión de ganar y perder. Tan simple como el resto del futbol.
Sino preguntenle a Aarón Galindo, quien desde su regreso a México nada le ha salido bien: lesiones, malos partidos y ahora lo han echado a la banca. Cómo puede ser que un jugador exitoso en Alemania no pueda rendir en nuestra miserable Liga, evidentemente (y no sólo porque sea uno de mis jugadores favoritas) hay algo malo con el equipo entero. Alberto Medina además cayó a la Segunda División, o Liga de Ascenso -según su nombre elegante-, por "una falta muuuuuy grave" según hasta el mismo Medina ha manifestado, cuál, no sabemos así que a darle vuelo a la imaginación, como con el caso Carmona-Galindo, que aún está dando de que hablar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario