lunes, 20 de mayo de 2013

Galeano por segunda ocasión


La primera vez que leí El futbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano, lo odié. Me pareció un libro que se encargaba exclusivamente de resguardar, sin crítica alguna, lugares comunes alrededor del futbol.
Hoy de eso han pasado cuatro años y debo admitir que mi reciente lectura de esta obra me ha dejado un sabor diferente.
Puedo entender, por ejemplo que la lectura que hace Galeano del futbol y sus participantes es más poética que crítica. Es decir, tomarlo como fuente de una reflexión o estudio sobre futbol sigue pareciéndome inadecuado. No obstante, leerlo para comenzar a empaparse de la semántica futbolera que utilizan los medios de difusión masiva -al menos en latinoamerica-  me parece idóneo  Es más, ciertos capítulos me parecen semillas que va dejando el autor para que el lector las siembre y coseche en sus propias reflexiones.
Eduardo Galeano
Debido a mis intereses, uno de los apartados más atractivos para mí fue "El lenguaje de los doctores del futbol", donde Galeano básicamente hace uso del cantinfleo de los locutores o cronistas de futbol. Es un apartado inteligible. Los locutores de futbol se envuelven y revuelven en metáforas, símiles y figuras, dignas de un poeta contemporáneo, con el objetivo de no decir las cosas sencillamente. ¿Ganas de molestar? En absoluto. Galeano hace gala de los usos y costumbres del deporte y sus comentaristas. Por si fuera poco, no es cuestión de ocupar palabras oscuras para hablar de un gol, un remate o una tajada sino de equipararlo todo con la guerra. Palabras como cañón, fusilamiento o tiro de gracia son escuchadas más de una vez a lo largo de la narración de un partido.
No solo es el lenguaje sino sus reflexiones acerca del Director Técnico -antes entrenador-, el portero, el ídolo y las demás figuras de este ajedrez futbolero.
A final de cuentas, se trata de un libro modesto, nada pretencioso en tanto a ínfulas intelectualistas pero que denota un profundo amor por un deporte que en gran parte de latinoamerica va más allá de un emporio que mueve millones, llega hasta los corazones de millones de niños y adultos que aún podemos recordar aquel primer gol marcado, el primer campeonato de nuestro equipo o, incluso, recordamos aquellas viejas anécdotas que nos contaron nuestros padres o abuelos sobre su propio pasado futbolero.
Así como con Galeano, creo que debe de darse una segunda oportunidad a ciertos libros, aunque no todos la merecen.

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