De nuevo llegué tarde. Claro, esta vez tuve la oportunidad de ver el Estadio Azteca desde atrás: jamás lo había visto tan luminoso, es un lugar increíble.
Era de esperarse, la entrada fue floja (sobre todo si se le compra con la que hubo en el partido contra Toluca) no obstante he de argüir que las fotos del portal Medio Tiempo son del inicio del partido, quizá no se llenó el Estadio pero asistió más gente de la que el portal muestra.
Aunque no pude ver las alineaciones, desde las alturas se notaba el parado de ambos equipos: no cabe duda que Lavolpe es uno de los mejores estrategas que hay en México. Todo el tiempo al borde de su área, se nota que es un técnico que le gusta estar al pendiente de cada uno de los detalles de su equipo. Por otro lado, Chucho Ramírez estaba notablemente nerviosos y fuera de sincronía con el equipo: cada uno de sus consejos tenía que darlos más de dos veces a cada jugador, porque al parecer no le entendían; además, iba y venía del área, regresaba a platicar con sus auxiliares tratando de acomodar mejor su equipo, meta que no logró (según mi punto de vista) en todo el partido.
La afición, la que asistió, no desilusiona. Por primera vez de todas las veces que he asistido al Azteca la gente de las porras (La Monumental, El ritual del Kaos y La Familiar) se oían en todo el estadio, las note más animadas que en otras ocasiones.
Asimismo, también pude notar un fenómeno que nunca antes habías visto: gente llegando al estadio en saco y corbata. De hecho yo iba llegando y como seis personas enfundadas en sus ropas de trabajo, bueno, yo misma tuve que dejar mis cosas de la escuela para poder disfrutar del partido.
Para entrar en materia tengo que confesar algo: he gritado goles del Atlas. No lo puedo negar, estar en su porra (que es la más genial que conozco) y enfrentar a Boca hace que cualquiera grite un gol del Atlas que, además, es un equipo que juega a gustar siempre. Al menos a mi. De modo que volver a ver jugar a Marioni, o ver a Botinelli, por no decir a Pacheco también, es todo un privilegio.
El América es un equipo que aun no cuaja, ojal y Ramírez pronto pueda reformarlo porque es un poco tedioso siempre ver remontar a un equipo en lugar de que vaya adelante al menos una vez.
Bueno, bueno, bueno esta vez ocurrió algo que me tiene más que contenta: Juan Carlos Valenzuela anotó gol. Desde que lo conocí en Guadalajara me parece una de las mejores personas que haya en el futbol mexicano, además de un increíble potencial como defensa del que aun no explota ni una pequeña parte de lo que es capaz. Si bien el gol fue fortuito, tuvo un buen partido, en general.
Por si fuera poco, la cereza en el pastel: los manoteos y tirones de cabello entre Marioni y el torito Silva. ¿A dónde vamos a llegar con estos deportistas que ante la perdida de dos puntos (porque el Atlas iba ganando) tiran del cabello al contrario y hay manotazos de por medio? Al más puro estilo de peleita afuera de una secundaria, los jugadores de anoche no supieron comportarse. No queda más que lamentar este hecho al ser una burla de los supuestos valores deportivos que representan y viven en su profesión, entre ellos la disciplina.
Bueno pues hasta aquí con mis comentarios. Todo lo demás se pude ver en miles de sitios dedicados al futbol mexicano. Yo tan sólo informo desde la zona general del estadio Azteca.
Hasta luego.
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